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domingo, 13 de diciembre de 2020

Nada

 Crucé la frontera hacia el más allá por inercia. No se parecía en absoluto a lo que imaginé hasta entonces: hacía frío, eché en falta ropas de abrigo, mi viejo gorro y unas notas de cariño. Era todo un fundido en negro, pero éramos. Sólo contaba con la imaginación y los recuerdos como armas para afrontar el vacío absoluto, mas estaba dispuesto a ello. Sin embargo, se perdieron las evocaciones; sin pasado, ni presente hasta los sueños eran niebla. Ahora entiendo todo: somos instante.

viernes, 6 de noviembre de 2020

Mirall trencat

    Viste su traje de la suerte, aquél con el que emprendió tantos proyectos y que hoy le cubre del frío de la cola de espera a Cáritas. La niña marea los trozos desmenuzados de pollo empanado en el plato, mientras ve vídeos en YouTube, con la disputas de l@s tronist@s de turno de fondo. Come pipas de aguasal en el parque un tipo casi cuarentón, que sueña con la cola del paro, sin saber en qué puesto podrá tener la más mínima oportunidad. Una mujer espera en el supermercado su turno, pensando si alguna vez será madre o si es mejor seguir con lo suyo, paga con applepay, cambia la pista de audio y recuerda que ha de terminar su plan de desarrollo esa misma tarde. Un payaso de flequillo plateado grita con estruendo que volverá a ser grande otra vez, mientras carga su arma de balines. Un delfín queda atrapado en una red, mientras el hombre de las nieves declara que se jubila. Ya no caben dos jazmines en una misma maceta, aunque si cabe un silencio en un ascensor lleno de personas que se escupen por Twitter o revisan imágenes que han de colgar en Instagram. 

    Pero no nieva, en una ciudad en la que nadie dice nada a la cara, en la que nadie duerme con nadie, en la que sobran los maestros de las llaves y faltan las cerraduras que forzar. Una muchacha se parapeta en su gorro de lana blanca de alpaca de las cuatro gotas de agua-nieve que la manosean, mientras el dueño del colmado de la esquina piensa que si tuviera armas en su haber no se atreverían esos maleantes a robarle una vez más. Un concienzudo pensador apaga su cigarrillo, entre tanto, sueña con el devenir del oso polar. El periodista más querido por los lectores opina sobre un virus mortal, que acerca al ser humano a su final. Un fanático le grita a la tele que su estrella ya no corre, ya no siente al club, aunque no duda en comprar por Amazon una camiseta con su dorsal. El chico responsable rompe el cristal en el que se miran los solitarios, que lo lapidan sin piedad alguna antes de marchar. Un perro curioso hociquea los restos, mientras alguien lo hace viral. Las hojas de los álamos amarillean los parques donde una señora practica sus asana con cierta dificultad. 

    Un vagabundo recoge un libro de la basura, dice que se llama "Mirall trencat"; lo invita a una copa de vino y se ponen a charlar. La parca se suma a la velada, con ganas de apostar. Un saco de criptomonedas sobre la mesa. La copa de vino cae y el libro gana la apuesta.

miércoles, 28 de octubre de 2020

El triciclo

    Es tan fresca y vibrante la sensación del rocío cubriendo mi manillar. Los pájaros y periquitos del parque no paran de cantar. Curiosa batalla; no llevará a ningún sitio, pero aún así es la rutina de cada amanecer. Espero que pronto brille fuerte el sol y seque el sillín, nunca se sabe cuando volverá el pequeño Tim.

    Ya pasó la mañana y sólo gente paseando, alguna anciana alimentando a las dichosas palomas. Esos pequeños monstruos  voladores que día sí, día también acaban posándose sobre mí para dejar sus excrementos como esos falsos grafiteros que sólo dibujan un mal garabato o algo obsceno y ofensivo en cualquier lugar.

    Otra tarde más se acaba y no hay rastro de Tim. Tocará pasar otra noche a la intemperie, a la merced de cualquier vándalo que se lleve una pieza más para malvender, como mis añorados pedales con reflectante. Empieza a hacer frío y los árboles pierden sus hojas; creo que debemos estar en otoño. El parque se ha vaciado tan pronto...

    Por fin despunta el sol, las sombras juegan al escondite con los árboles y bancos. Lástima que mi sillín no pueda verlo, le hacía mucha gracia este momento del día. Le deseo lo mejor en su nueva vida. Aquí cada vez quedamos menos piezas y ¡el maldito Tim sin aparecer!

martes, 27 de octubre de 2020

La dama blanca



    La encontré sentada en el borde del muelle. Vestía de blanco con un paraguas a juego, sostenido con delicada firmeza, interpuesto entre su mirada y ese artificial alumbrado del fanal. Entonces pensé que estaba nadando en su alma, entre sus noches oscuras y sus tardes de tormenta; que buscaba en el horizonte un punto que conectara todo: el ayer, el hoy, el mañana. Pero sólo había niebla, una espesa capa que se desdibujaba entre el celeste que el lago robó de sus lágrimas y el añil que la nieve bebía de la luna. Cuando al fin pude alcanzarla, se desvaneció entre mis manos, sin que pudiera siquiera consolarla con un abrazo, sin que las palabras que salieron de sus labios tuvieran más forma ni sentido que el tímido susurro del viento.

    Cada noche vuelvo al mismo punto y hora en que la encontré, con la esperanza de que se repitan todas las pinceladas una vez más, una única vez más, más que suficiente para asir su alma y llevarla conmigo. ¡Qué buena pareja haríamos reinando en los infiernos!


miércoles, 27 de mayo de 2020

La gruta

Cuando Mauro se adentró en la gruta, se limitó a seguir el sonido de un pequeño riachuelo que iba a desembocar en un pozo. El interior era oscuro, algo estrecho, pero transitable. Debido a la humedad y la corriente de aire, hasta cinco intentos necesitó para encender la antorcha que improvisó, gracias a la cual pudo ver unos dibujos en el relieve de las paredes y unos símbolos, semejantes a algún tipo de sistema de escritura. Tras días de estudios, averiguó que se trataba de un idioma protoibérico, y acabó acotando hasta estar seguro de que se trataba de tartésico. Pasó semanas elocubrando, trazando posibles vínculos entre los dibujos y los símbolos gráficos; gestó teorías varias, pero todas acababan en un callejón sin salida. Tuvo que aceptar que el lenguaje se escapaba a sus conocimientos, que todo el conjunto era indescifrable, pero a dónde llevaría ese pozo...

miércoles, 15 de abril de 2020

Ensayos para Haikus.


DISTANCIA
El marinero
observa el horizonte.
El delfín nada.

SOLEDAD
La estrella brilla
sola en el firmamento.
Llega en familia

NOSTALGIA
El viento sopla en
todas las estaciones.
Recoge y suelta.

INESTABILIDAD
Sobre el alambre
zigzaguea la mosca.
¿Ir, huir o estar?



DESEOS
Sacia su sed
el pájaro en la fuente.
El hombre vuela.


(BLOQUEO)
El diálogo
con la página en blanco:
es el silencio.



MUERTE
La flor marchita,
el agua cristaliza.
Nada persiste.




domingo, 5 de abril de 2020

Pagafantas


Y se rio. Sin duda fue una mala idea. En cualquier otro contexto esa sonrisa le hubiera parecido una ambrosía estallando en su pecho; pero no esta vez. Sintió un hachazo que desde las entrañas le partía el espinazo en dos. Y así, quebrado, la acompañó a casa como tantas otras veces.

-          Ya estamos. ¿Amigos? – Y recibió dos besos que sonaron como dos carcajadas.

Partió nuestro Odiseo, sin una Penélope que añorar. Y se sirvió una copa de vino nuestra Circe, sentada victoriosa en su sofá dispuesta a ver una serie, mientras le escribía a su ex por WhatsApp: <<Te echo de menos>>. Una lágrima perdida resbaló por su mejilla.

jueves, 2 de abril de 2020

Si te vas

Para qué dejar de bucear en este trago
si en mis noches hace tiempo
                                                que no hay mar
y camino ciego, como pez abisal.

Para qué inventar nuevos mundos
si al final siempre me pierdo
                                               en el mismo bulevar
y camino ciego, como pez abisal.

Para qué pedir a Virgilio
                                        un mapa que me guíe por los infiernos
si no hay fronteras entre el bien y el mal
y camino ciego, como pez abisal.

Para qué buscar brasas
                                      entre las cenizas ásperas
si no hay fuego que vaya a crepitar
y camino ciego, como pez abisal.

Para qué ponerte nombre
si con rostros distintos
dejas mis entrañas
                               y mis manos

vacías
de
ti.




lunes, 9 de marzo de 2020

Peter Pan

Cuando por fin regresó a Nunca Jamás, las tramas habían cambiado: los niños habían dejado de serlo, pero seguían aún más perdidos; el Capitán Garfio terriblemente cayó en la trampa del cocodrilo; y Wendy ya no era más que un dulce y lejano recuerdo. Y las estrellas se fueron alejando tanto del firmamento, que ni todo el polvo de hadas pudo devolverle la cándida esperanza de volver a soñar...

martes, 11 de febrero de 2020

Ley del caos

Entiendo que esta vez fue ya demasiado tarde. Que no volveré a penetrar en tus ojos, mientras descansa tu cuerpo desnudo en las manos, sobre mi pecho. Que al llegar al final del pasillo nos despediremos como dos extraños que se cruzan mientras están perdidos. Que dos gotas que caen en el mismo punto hacen caminos distintos. Sin embargo, en contadas ocasiones, la ley del caos hace que se reencuentren.

miércoles, 29 de enero de 2020

Los labios del pecado


Aunque ya sabíamos que ninguno de los dos debería estar ahí, pedimos desenfrenados a la luna que nos cubriera toda la noche con su manto de melancólico olvido. Y batallamos, con los cuerpos desnudos, abrazados a fuego y hierro, entre el pecado y la redención, hasta el primer albor del amanecer. Antes de marchar nos dijimos un ‘te quiero’ que se perdió entre suspiros y, sin embargo, nos despedimos como dos desconocidos.