Para qué dejar de bucear en este trago
si en mis noches hace tiempo
que no hay mar
y camino ciego, como pez abisal.
Para qué inventar nuevos mundos
si al final siempre me pierdo
en el mismo bulevar
y camino ciego, como pez abisal.
Para qué pedir a Virgilio
un mapa que me guíe por los infiernos
si no hay fronteras entre el bien y el mal
y camino ciego, como pez abisal.
Para qué buscar brasas
entre las cenizas ásperas
si no hay fuego que vaya a crepitar
y camino ciego, como pez abisal.
Para qué ponerte nombre
si con rostros distintos
dejas mis entrañas
y mis manos
vacías
de
ti.
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