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viernes, 22 de febrero de 2019

Recuerdos de una noche de verano

Recuerda
que hubo una vez en que fuiste
                                                  feliz,
cuando probaste el vino
de sus húmedos labios:
con las pulsaciones desbocadas
mientras vuestras lenguas
flameaban con un vals delicado,
pausado;
así, aferrados
hasta beberos el aliento.

Y ya se sabe
que con oxígeno el fuego se expande:
y ardió.
Hasta el último recoveco
de vuestro cuerpo,
hasta ser lava que se retuerce
                                               incandescente
en la intemperie.

Pero mañana será otro tiempo,
y diréis que no fue amor,
sino el fin del verano.
Y otro día,
                  a otra vida:
la rutina.

Mas recuerda que
una vez
fuiste feliz:
cuando probaste el vino
de sus húmedos labios.