miércoles, 14 de noviembre de 2018
Papel en blanco
Me encuentro ensimismado,
absorto, con las luces apagadas y el teléfono en la mano. Sentado en el sofá
con un trozo de papel en blanco. Intentando encontrar una explicación plausible
a por qué, aún después de dos horas, no te llamo. Dudo de todo, hasta de si es
necesario acabar con una despedida algo que ni tan siquiera ha empezado.
Entonces se ilumina el aparato, es una notificación de un comentario a un
estado. Un aplauso. Y entonces un silencio refrenda mi situación y escribo en
el papel: «Adiós a los sueños, que se alejan del teatro».
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