lunes, 12 de noviembre de 2018
La nonna
<<Sono un nonna povere>> reza el cartel tras el que se parapeta una mujer de avanzada edad, con la piel curada al sol y harapos deshilachados. Y así pasa las horas, de rodillas, con las campanas de San Pietro dei Vaticano de fondo, rezándole a cada transeúnte por una moneda. Malos tiempos para la caridad. Y mucha competencia: una señora se pasea con desenfrenada algarabía, agitando un cuenco de metal; un vagabundo de pies descalzos y malos modos, grita con saña "Buon Giorno" a todo aquel que pasa a su lado; unos carteristas esperan agazapados el descuido de algún turista; la muchedumbre de guías invitan a evitar colas a un módico precio. Y pasamos todos de largo. Pasamos sin cruzarnos las miradas. Pasamos sin pensarnos en los otros. Pasamos. Pero ahí sigue ella: no grita, no roba, no ruega, sólo espera. Espera aunque llueva. Nada tiene mejor que hacer, y espera...a que caiga la moneda.
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