Camina, cobijado por el manto de una noche cerrada, dejando tras sus pasos callejones, recodos y vericuetos, sin prisa, sin tiempo. Cruza las líneas remotas de épocas de cambios, de años de sosiego; atraviesa días ineludibles y momentos que se fugaron sin pistas ni huellas, como el viento. Pasea quién sabe cuándo; al cabo, siempre hubo hay habrá una senda y un transeúnte. Todo lo demás es Historia.
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