Llega un momento en el que,
de repente,
no esperas nada
de nadie;
en el que no esperas a nadie,
por nada.
Simplemente sigues,
por ti,
sin nadie;
y avanzas,
por inercia,
sin nada.
Esperando a alguien
que no llega,
para nada.
Y llega ese momento,
sin nadie.
¿Y acaba?
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