Hay ojos que vuelan
libres
y otros
que naufragan en cada puerto.
Hay sonrisas que esconden
volcanes
y otras
un nido de ratas.
Hay corazones que bombean
tinta
y otros
que se paran a cada mirada,
a cada caricia,
a cada susurro
suave,
sincero.
Hay niñas que arañan
por rabia
y otras
que se aferran a cualquier espalda
que las proteja
y otras que se defienden hasta de su sombra
gris,
apagada.
Hay mujeres que lloran
espinas
y otras
pétalos de rosas
marchitos,
sin aroma.
Haberlas haylas
y otras jaulas
y otras fronteras.
Y tantas almas,
y tantas...
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