Como un pozo de agua clara
en medio del desierto;
como un cálido refugio
protegido de la tormenta;
como la negación más tierna
de los lindes del tiempo;
como el preludio
de un bello amanecer,
tras la noche más aciaga.
Así es ella.
Como una eterna primavera,
desatada Perséfone,
que florece y da vida
a las gélidas paredes
del infierno que esconde
mi caja torácica.
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